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Llegó el momento de dar a nuestros pies la libertad que se merecen en esta época del año y que respiren un poco tras meses de calzado de invierno.  Sin embargo, el paso de un calzado cerrado a uno abierto en muchas ocasiones viene acompañado de malas noticias: Dolores, rozaduras, molestias, esguinces, alergias, hongos, grietas…

Muchos de estos problemas son fácilmente evitables, sólo hay que prestar un poquito de atención al cuidado de nuestros pies y, para ello, os queremos ofrecer 10 sencillos consejos. ¡Vamos a por ellos!

  • No camines descalza en lugares públicos.

Tanto en la piscina como en las zonas de duchas es obligatorio que usemos chanclas de goma para evitar el contacto de nuestros pies directamente con el suelo.

La mayoría de las infecciones que sufrimos en los pies en verano son causadas por bacterias u hongos que podemos contraer al caminar descalzos por el suelo.

 

  • Cuida tus pies al hacer deporte.

En verano es importante que elijamos un calzado transpirable, sobre todo a la hora de hacer deporte, que deje respirar al pie para evitar sudoración excesiva y posibles infecciones.

La mayoría de las marcas deportivas disponen de calzado específico para el verano, con tejidos más ligeros, que nos aseguran una práctica deportiva más segura y confortable.

 

  • No siempre uses las chanclas.

Evitar suela plana y opta por zapatos con algo de tacón. Los zapatos bajos carecen de elementos que permitan la amortiguación de los golpes que se producen al caminar, de manera que el pie recibe impactos continuamente. Por ello, lo recomendado es usar calzado con un tacón de 2 a 3 centímetros como máximo, de esta forma se reducirán los impactos.

 

  • Hidrata tus pies.

Todas las noches, dedica un ratito a mantener hidratados tus pies Esto evitará la aparición de ampollas, estrías y grietas, y dificultará posibles infecciones. Recuerda que al mantener nuestros pies más al aire libre, tienden a resecarse más.

 

  • Higiene, en verano más que nunca.

En esta época es muy importante mantener limpios los pies lavándolos a diario con jabón pH neutro.

 

  • Sécalos a fondo.

Es importante secar bien entre los dedos y la planta para eliminar toda la humedad. De esta forma, evitaremos que la humedad se mantenga en el calzado y prevendremos la aparición de hongos.

 

  • Protección solar.

La piel de nuestros pies ha de protegerse del sol tanto como la del resto del cuerpo. Por ello, no te olvides de aplicar un protector solar. Así evitarás graves afecciones cutáneas.

 

Y recuerda, ante cualquier problema que percibas, debes consultar con un especialista.

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